ELSISTEMA EDUCATIVO CUBANO – UNA ALTERNATIVA AL CONFLICTO SOCIAL

El sistema educativo cubano en los noventa*
Oneida Álvarez Figueroa
Centro de Investigaciones de Economía Internacional.
Universidad de La Habana. Cuba
Fecha de recepción: noviembre de 1995

Resumen
La estrategia cubana de desarrollo ha concedido especial atención al sistema educativo
como uno de los ejes para lograr la modernización de la estructura económica, reduciendo
las desigualdades sociales. Desde esta perspectiva, el presente artículo ofrece un panorama
general del sistema educativo, comenzando por un análisis histórico en el que se
trata de la etapa colonial española, del impacto de la ocupación norteamericana, de la
etapa prerrevolucionaria y del desarrollo de la educación a partir de 1959, poniendo mayor
énfasis en el análisis del sistema educativo cubano durante la presente década. Para hacerlo,
se estructura el trabajo en tres partes que analizan las características y retos principales
de la enseñanza básica, media y superior respectivamente. Se presentan los principios del
sistema, su estructura, organización, niveles logrados en los principales índices valorativos
del sector y su dinámica, y se intenta señalar los principales nudos gordianos en la
perspectiva del cercano siglo XXI.
Palabras clave: educación, sistema educativo, escuelas, universidad, personal docente, tasa
de escolaridad, presupuesto educacional, enseñanza básica, alumnos, planes de estudios.
Abstract. Cuban educational system in the ninety’s
Cuban development strategy has centred in the educational system, in order to modernize
the economic structure and reduce social inequalities. The article examines the historical
evolution of Cuban educational system from Spanish colonization, the 1959 revolution
to the present decade. It analizes the main aspects of primary, secondary and higher education,
as well as the most important endeavour towards XXIth Century.
Key words: Education, educational system, levels of education.
Papers 52, 1997 115-137
* Este artículo se confecciona con la valiosa colaboración del Sr. Emilio Álvarez Aguiar (mi
padre), especialista jubilado de la Dirección Provincial de Educación de Ciudad Habana, del
Ministerio de Educación, que ha escrito un libro sobre el desarrollo de la educación en Cuba
(inédito).

Introducción
El presente trabajo ofrece, en apretada síntesis, un panorama general del sistema
educativo cubano en la actualidad, precedido de un breve esbozo histórico.
Para facilitar la exposición se ha estructurado en tres partes, que analizan
las características y los retos principales de la enseñanza básica, el nivel medio
y la educación superior, respectivamente.
El tema de la formación, recalificación y superación de los recursos humanos
adquiere cada vez mayor importancia en la estrategia de desarrollo de Cuba,
por constituir uno de los ejes centrales de las transformaciones sociales logradas,
y una de las bases fundamentales para elevar la competitividad de su economía
y posibilitar una efectiva reinserción en los mercados internacionales.
Por esas razones, y porque la mayoría de la población cubana se siente protagonista
de esa obra, desde posiciones educadoras o como educandos, resulta
difícil concebir un análisis del sistema educativo excepto de apasionados
debates, interesantes comparaciones internacionales, juicios valorativos sobre
los avances alcanzados, percepciones diversas en torno a su eficiencia, y múltiples
juicios valorativos sobre los avances alcanzados, percepciones diversas
en torno a su eficiencia, y múltiples consideraciones para su ulterior perfeccionamiento.
Sin embargo, una arista insuficientemente desarrollada entre los interesados
en la comprensión y transformación del espacio educativo cubano es la
sociología de la educación. Este artículo no podrá trascender esa limitación porque
resulta muy escasa la información estadística actualizada para revelar todos
los matices de la caracterización social de docentes y alumnos en los diferentes
niveles de educación, aún reconociendo la necesidad y el interés de ese análisis
y de investigaciones serias con dicho objetivo.
Nos circunscribiremos a presentar, con la mayor objetividad posible, los
principios del sistema, su estructura, organización, niveles logrados en los principales
índices valorativos del sector, y su dinámica. Las consideraciones finales
que se exponen no tienen la pretensión de realizar un balance o una
evaluación general del sistema, aspecto éste que dejamos a los lectores, sino
señalar sus principales nudos gordianos, de cara al cercano siglo XXI.

Breve esbozo histórico
Los primeros antecedentes del desarrollo de la educación en Cuba durante la
etapa colonial española se encuentran en las leyes reales del siglo XVI que dispusieron
la enseñanza de la lengua española y la doctrina cristiana a los indios
116 Papers 52, 1997 Oneida Álvarez Figueroa
Introducción
Breve esbozo histórico
El sistema educativo de Cuba
en los noventa
Consideraciones finales

Sumario
sobrevivientes en el país y a los esclavos procedentes de África, labor que encomendaron,
en lo fundamental, a los curas y doctrineros.
Cuba recibió la influencia del sistema educativo prevaleciente en España
en esa época, que priorizaba la superación cultural de la nobleza, el clero y los
funcionarios intermedios. Por esa razón se desarrollaron con mayor celeridad
los niveles medio y superior, mientras que la enseñanza elemental quedó rezagada.
A partir de la segunda mitad del siglo XVI se fundaron en Cuba los primeros
centros de enseñanza. Las fuentes informativas disponibles permiten afirmar
que hubo una participación amplia de franciscanos y dominicos en esas
actividades, y de cierto número de jesuitas. Puede afirmarse que estas acciones
fueron los escasos destellos que recibió la colonia de un período de gran
desarrollo cultural en España.
Un hito destacable en esa etapa colonial fue la fundación en 1728 de la
Real y Pontificia Universidad de San Jerónimo, en el Convento de los Dominicos
(hoy Universidad de La Habana). Su claustro estaba integrado por sacerdotes
y su núcleo básico era la Facultad de Filosofía y Letras. No obstante la
transcendencia de ese acontecimiento, las repercusiones de esta institución
durante sus primeros años de vida fueron muy limitadas, por su organización
clerical, su carácter elitista y sus métodos escolásticos.
A partir de la segunda mitad del siglo XVIII se comenzó a desarrollar la enseñanza
elemental y se difundieron las escuelas para niños, aún cuando desde
antes diversos representantes de la Iglesia católica enseñaban a los menores a
leer, escribir y contar. En 1793 se constituyó la Sociedad Económica de Amigos
del País, institución que estuvo dirigida en sus orígenes por el Capitán General
de la Isla y se ha mantenido activa hasta hoy, asumiendo diferentes funciones
y cumpliendo objetivos diversos a lo largo de este amplio período histórico.
Con el impulso de esa Sociedad continuó ampliándose muy lentamente la
enseñanza elemental en Cuba, se puede afirmar que es a partir de entonces
que se comienza a estructurar de manera incipiente este subsistema educativo.
Su heterogeneidad iba desde escuelas fundadas por creyentes ricos hasta
aquellas atendidas por hombres y mujeres muy humildes que utilizaban sus
propios hogares para enseñar a los niños, sin recibir en la mayoría de las ocasiones
remuneración alguna. Los cabildos o ayuntamientos también participaban
en esta labor, pero debe destacarse que a fines de siglo el Estado prestaba
muy escasa atención a la enseñanza, las condiciones materiales de la mayoría de
los locales eran muy deficientes, se retribuía mal a los maestros y éstos carecían
de posibilidades de superaración.
Según datos del censo de 1801, en la capital del país había 71 escuelas, y
unos 2.000 niños inscritos. En el resto de la Isla la situación era más precaria,
por lo que la lucha por la atención a la educación se mantuvo constante, encabezada
por los miembros de la Sociedad Económica de Amigos del País. Esta
institución contribuyó decisivamente al establecimiento de requisitos para el ejercicio
de los maestros, la atención a la superación de los mismos y el control
sobre la calidad de la enseñanza.
El sistema educativo cubano en los noventa Papers 52 1997 117
En 1836 el número de escuelas ascendía en Cuba a 223 y a ellas asistían
más de 13.000 niños, atendidos por unos 400 maestros autorizados para enseñar.
Estos avances se lograron como resultado de las presiones por interesar al
gobierno en la instrucción pública, y gracias al aporte de fondos particulares y
de los municipios, pero todavía el 87% de la población escolar no tenía acceso
a la enseñanza1.
En 1841 se recibe en el país una real orden que establecía la Primera Ley
Escolar de Cuba. Ésta disponía la fundación de las escuelas de primera enseñanza
que fuesen necesarias y la instrucción gratuita para los niños pobres2, así como
la nacionalización de la Universidad de La Habana. Pero esta legislación tuvo
poca repercusión en la práctica.
Otras disposiciones aplicadas muy limitadamente fueron la promulgación
de una nueva ley escolar en 1863 que establecía la enseñanza obligatoria desde
los 6 hasta los 9 años de edad, la organización de la inspección escolar3 y la
fundación de institutos de segunda enseñanza.
Reformas sucesivas a los planes de estudio y una exigua ampliación del sistema
educativo, con la fundación de algunas escuelas técnicas, de oficios, de
pintura, para niños desvalidos, correctoras de conductas, etc. caracterizaron la
segunda mitad del siglo XIX, pero al momento de la liberación de España la
situación educacional de Cuba era muy crítica.
Para ilustrar lo anterior baste mencionar que, de acuerdo a las estadísticas
recogidas por el censo de 1899, menos del 6% de los niños asistía a las escuelas,
la tasa de analfabetismo era del 64%, y superior entre la población negra.
Se calcula un número de escuelas inferior a 330, unos 1.200 alumnos de institutos
secundarios y una matrícula cercana a 400 en la Universidad de La
Habana, para una población total de 1,7 millones de habitantes.
Debe destacarse como lo más relevante de esa época en la historiografía
educacional las actividades de eminentes educadores como José Agustín
Caballero, Félix Varela, José Antonio Saco, Tomás Romay, Francisco de Arango
y Parreño, José de la Luz y Caballero, Álvaro Reynoso, Rafael Morales y Rafael
María de Mendive, entre otros, cuyas ideas contribuyeron de manera significativa
a crear conciencia de la necesidad de cambios cualitativos en el sistema,
transformaciones en los métodos pedagógicos, conveniencia de introducir nuevas
disciplinas, etc. Con justicia debe recordarse el auspicio del obispo José
Díaz de Espada (fundador del Seminario de San Carlos en 1773, que a partir
de entonces devino escenario para el desarrollo de los más notables gestores
de la educación y forjadores de la nacionalidad cubana) y Alejandro Ramírez
(responsabilizado con la dirección de la Sección de Educación de la Sociedad
Económica de Amigos del País).
118 Papers 52, 1997 Oneida Álvarez Figueroa
1. Nota del editor. En España la situación no era muy distinta. En 1803 sólo sabía leer y escribir el 5,96%
de la población y hasta 1838, cuando el absolutismo ya ha desaparecido, no se siente la enseñanza
como una necesidad pública.
2. Nota del editor. En España, en 1841, sólo sabían leer y escribir el 9,21% de la población.
3. Nota del editor. En España, en 1857, se aprueba la llamada Ley Moyano (en alusión a su autor) que establece
por primera vez la enseñanza obligatoria para los niños de 6 a 9 años.
Es fácil comprender que las fuerzas principales que guiaban el sistema educativo
de Cuba y los impulsores de los cambios más progresistas que se fueron
introduciendo paulatinamente eran intelectuales procedentes de los estratos
más acomodados del país.
El período de la ocupación norteamericana en Cuba, iniciado en 1898, favoreció
los avances en el sistema de enseñanza, y en el segundo semestre de 1890
el número de escuelas primarias ascendía a más de 3.300 (10 veces más que
las disponibles el año anterior). Los escolares asistentes a clases sobrepasaron
los 135.000; se incrementaron los textos, que eran traducciones de libros norteamericanos;
se introdujeron nuevas asignaturas en los planes de estudios y
se formaron gran número de maestros.
Después de la instauración de la República de Cuba se mantuvo la influencia
del sistema de enseñanza norteamericano, y en 1909 se aprobó la Primera
Ley Escolar, que regulaba en lo fundamental la instrucción primaria.
Las escuelas públicas eran insuficientes numéricamente durante la época
republicana y la calidad sufría la escasez de recursos destinados a la educación.
En las zonas rurales la situación era aún más precaria. En general a la débil
base inmobiliaria, de materiales docentes, libros y otros medios auxiliares se
sumaba la escasa atención a la remuneración, estimulación y superación de los
maestros. Pero, a pesar de esas limitaciones, esa enseñanza gratuita y laica contribuyó
a la formación de varias generaciones de cubanos que, con muchos
esfuerzos, accedieron a recibir el legado de un magisterio mayoritariamente
honesto, abnegado y solidario, con gran vocación por su trabajo.
Durante esa época merecen también destacarse las profundas modificaciones
que sufrió la enseñanza universitaria, la ampliación de los institutos secundarios
y la constitución del Ministerio de Educación (en la década de 1940).
En la etapa prerrevolucionaria se estima que la población cubana ascendía a
6,8 millones de personas, y ocupaba el tercer lugar de América Latina por el
nivel del Producto Interior Bruto per cápita, pero su sistema educativo presentaba
los rasgos típicos de los países atrasados económicamente: los hijos de
familias de ingresos medios y altos tenían acceso a centros docentes privados,
mientras la mitad de los niños en edad escolar no asistía a la escuela primaria;
la tasa de analfabetismo ascendía al 22,3% (entre las edades de 10 a 49 años);
el nivel promedio de escolarización entre los mayores de 15 años era de 3 grados,
y 10.000 maestros estaban sin trabajo (casi la mitad de los existentes).
La enseñanza industrial y agropecuaria contaba apenas 25 centros, con
matrículas limitadas y escasos recursos; los estudios de administración y comercio
se realizaban en una decena de institutos; la enseñanza preuniversitaria de
nivel medio sólo era accesible a minorías de jóvenes urbanos; y para la formación
y superación de maestros se contaba sólo con 6 escuelas normales y
3 facultades de educación.
Al triunfo de la Revolución Cubana, en 1959, sucede un profundo proceso
de transformación, ampliación y perfeccionamiento paulatino del sistema educativo,
que tuvo sus primeros objetivos en solucionar la herencia neocolonial
antes expuesta. Para ello se realizó una reforma integral de la enseñanza, se
El sistema educativo cubano en los noventa Papers 52 1997 119
emprendió una campaña de alfabetización masiva; se abrieron miles de aulas de
primaria en todo el país; se concibieron y desarrollaron planes emergentes de
Formación de Maestros; se organizó la Superación Obrera para los adultos
subescolarizados; se inició la Formación de Instructores de Arte y Promotores
Culturales; se puso en marcha el Plan Nacional de Becas; se crearon los Institutos
de Superación Educacional para la calificación y recalificación de maestros; se
constituyeron instituciones pedagógicas especializadas en el cuidado y educación
de los niños desde sus primeros meses de vida hasta su etapa escolar; se
impulsó la Educación Técnica y Profesional; se realizaron importantes transformaciones
en la enseñanza media superior y universitaria; etc.
Después de la etapa inicial de trabajo destinada a resolver las grandes carencias,
insuficiencias y deformaciones heredadas, y a partir de 1975, los esfuerzos
principales para el desarrollo de la educación cubana han estado dirigidos
al perfeccionamiento del sistema nacional, la consolidación de la formación
y superación del claustro y a darle integralidad al sector, en armonía con los
requerimientos del desarrollo económico y social del país, convirtiendo
los centros educacionales en instituciones culturales de la comunidad.

El sistema educativo de Cuba en los noventa
No se puede hablar de ningún elemento del nivel de vida de Cuba en la actualidad
sin enmarcarlo en el contexto económico-social general del país. A partir
de la desintegración del sistema socialista mundial, Cuba ha atravesado una
de las mayores crisis económicas de su historia, a lo cual ha contribuido el bloqueo
norteamericano, agudizado durante los últimos años. Baste decir que en
1993 el Producto Interior Bruto (PIB) había descendido en un 35% con relación
a 1989, y el déficit del presupuesto estatal alcanzaba una proporción del
33% del producto. Una referencia sintética del nivel de la economía cubana
hoy la ofrece su producto per cápita, que en 1994 ascendió a 1.174 dólares
aproximadamente.
Aún cuando la tendencia decreciente de la economía parece haberse revertido
y en los dos últimos años se han logrado discretos crecimientos de 0,7 y
2,5%, la caracterización y los retos del sistema educativo hay que situarlos en
un escenario muy complejo. Simultáneamente el país está modificando su
inserción económica internacional, ajustándose a una disponibilidad de recursos
sustancialmente menor, y diseñando una reestructuración económico-social
que posibilite cumplir los dos objetivos anteriores y superar deficiencias internas
del modelo aplicado hasta la presente década, preservando las conquistas
sociales logradas.
Este epígrafe no pretende realizar un examen exhaustivo de la educación
cubana, sino resaltar sus rasgos más relevantes, que permitan evaluar el lugar y
el papel del sector dentro de una estrategia general de desarrollo.
El sistema educativo de Cuba está integrado por varios subsistemas: preescolar;
general, politécnico y laboral; educación especial; educación técnica y
profesional; formación y perfeccionamiento del personal pedagógico, educación
120 Papers 52, 1997 Oneida Álvarez Figueroa
superior y educación de adultos (ver tabla 1). Administrativa y metodológicamente
el sistema está atendido por los ministerios de Educación y de Educación
Superior. Los elementos estatégicos y de política educacional son analizados
en la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento Cubano).
A partir del triunfo de la Revolución Cubana el sistema educativo se ha
regido por un conjunto de principios, que le confieren al Estado la dirección y
ejecución de todas las formas de enseñanza, ofrecidas a la población gratuitamente
desde el grado preescolar hasta la universidad. Estos servicios se extienden
a las zonas más apartadas del país, y tienen acceso a ellos toda la población,
sin distinción de raza, sexo, religión o procedencia social.
La obligatoriedad de la enseñanza alcanza hasta el noveno grado, y se combina
la teoría con la práctica en el proceso docente educativo, conjugando el
estudio y el trabajo, con el objetivo de preparar mejor al educando para la vida
social y laboral.
La tabla 2 permite comprobar que la tasa bruta de escolarización asciende al
54,7%, y es ligeramente más alta en las mujeres (53,7%), que a su vez representan
prácticamente la mitad (49,6%) de la matrícula total. Si este indicador
se calcula sobre la base de la población entre 6 y 23 años, asciende a 63%. El
promedio de los 17 países en desarrollo clasificados por el PNUD como de
«alto desarrollo humano» es de 66%.
La tasa de alfabetismo de la población mayor de 10 años es de 96%, muy
superior a la de América Latina y el Caribe, que asciende al 86%, como pro-
El sistema educativo cubano en los noventa Papers 52 1997 121
Tabla 1. Matrícula inicial. Escuelas y personal docente. Curso escolar 1958-1959.

Nivel de educación Matrícula Personal docente Escuelas
Total general 938.138 29.237 8.009
Primaria (*) 717.417 17.355 (D) 7.567
Media total 88.135 4.571 .081
— Media general 63.523 2.580 .021
— Formación de maestros 9.023 .724 .020
— Técnica profesional 15.586 1.267 .040
Especial .176 (A) .077 .002
Adultos 24.939 (A) .964 (A) .325
Juvenil (Esc. oficios) .00– (B) .00– (B) .00– (B)
Superior 15.609 (C) 1.080 (E) .006
Otros 3.730 .669 .028
Fuentes: Dirección de Censo y Estadística General. Ministerio de Educación.
Notas: (*) Incluye Preescolar a 6º grado.
(A) Año 1956-1957. Dato no disponible 1958-1959.
(B) No existía la enseñanza.
(C) Año 1956-1957. No funcionaron las universidades oficiales, por la conmoción
política que vivía el país.
(D) No incluye el sector privado. Dato no disponible.
(E) Año 1959-1960. Series históricas Nº. 1 - 1958-1970, MINED. Dato no disponible
en el año 1956-1957, al que se refiere la matrícula.
medio. Este indicador está por encima del que exhiben los países en desarrollo
clasificados por el PNUD como de «alto desarrollo humano» y que en su conjunto
alcanzan una proporción del 8% de analfabetismo.
La atención al proceso docente educativo en Cuba cuenta con 270.000
maestros y profesores, que trabajan en los diferentes niveles, o sea 41 habitantes
por maestro, la tasa más alta del mundo. De ellos el 60% atiende la enseñanza
preescolar y la básica (de primero a noveno grado, que es el ciclo obligatorio);
el 20% se ocupa en el nivel medio y el 10% integra los claustros de la educación
superior. A lo anterior debe añadirse un 10% destinado a trabajar en la
enseñanza para adultos (casi 8.000) y en la especial (15.000, aproximadamente).
Estos dos últimos subsistemas merecen un breve comentario, por el elemento
cualitativo que aportan a la educación cubana.
La educación de adultos se inició posteriormente a la Campaña de Alfabetización,
para no dejar incompleta esa obra, creándose aulas nocturnas en escuelas
y en centros de trabajo encaminadas a facilitar que todo el que lo deseara
pudiera alcanzar el sexto grado.
Posteriormente, la educación de adultos comenzó a impartir nuevos niveles
de enseñanza: secundaria obrero-campesina y facultad obrero-campesina,
completando así la educación desde el nivel primario al preuniversitario, con
planes y programas de estudios perfeccionados de acuerdo a los intereses y a
las características de los estudiantes adultos. Éste constituye, por tanto, un sistema
paralelo de enseñanza al de la educación de niños y jóvenes.
Al lograrse en 1980 la escolarización de todos los trabajadores y amas de
casas con sexto grado, se inició la incorporación masiva para la obtención del
noveno grado a través de los cursos secundarios. En el año 1988 completaron
este nivel todos los trabajadores y las amas de casa aptos, comenzando una
nueva etapa en la superación de los trabajadores. Ésta incluye dos posibilidades
para la continuación de estudios: en la enseñanza técnica y profesional
(donde elevan su calificación técnica y adquieren un nivel escolar del grado
122 Papers 52, 1997 Oneida Álvarez Figueroa
Tabla 2. Estructura de matrícula en el sistema de educación formal, para una población
de 10.963.000 habitantes. Año 1993.
Cantidades en miles

Tipo de enseñanza Alumnos/as Alumnas
Preescolar 296,6 136,3
General básica 1.334,2 654,3
Media 404,0 207,5
Especial 57,2 18,7
Adultos 114,3 65,3
Superior 165,8 95,6
Total 2.372.1 1.177.7
Población de 0-24 años de edad 4.497,9 2.195,0
El sistema educativo cubano en los noventa Papers 52 1997 123
CÍRCULO
INFANTIL
0-4
AÑOS DE
EDAD
PREESCOLAR
5
AÑOS DE
EDAD
1 2 3 4 5 6
PRIMARIA
6-11
AÑOS DE EDAD
7 8 9
SEC. BÁSICA
2-14
AÑOS DE EDAD
10 11 12
PRE-UNIVERSIT.
15-17
AÑOS DE EDAD
I. EDUCACIÓN REGULAR
2-3 AÑOS
POLITÉCNICOS
2-3
AÑOS
ESCUELA
DE
OFICIOS
3-4
AÑOS
POLITÉCNICA
15-18
AÑOS DE EDAD
UNIVERSIDADES
CENTROS
UNIVERSITARIOS
INSTITUTOS
SUPERIORES
II. EDUCACIÓN DE ADULTOS
1S 2S 3S 4S
EDUCACIÓN
OBRERO
CAMPESINA
1S 2S 3S 4S
SECUNDARIA
OBRERO
CAMPESINA
a)
1S 2S 3S 4S 5S 6S
FACULTAD
OBRERO
CAMPESINA
c)
1S 2S 3S 4S
ESCUELA
DE
IDIOMAS
c)
b)
Figura 1. Estructura del sistema nacional de educación.
a) Los egresados de SOC pueden también continuar estudios en centros politécnicos.
b) Pueden continuar estudios de educación superior desde sus puestos de trabajo y de acuerdo
con su especialidad.
c) Pueden continuar estudios de educación superior desde su puesto de trabajo.
124 Papers 52, 1997 Oneida Álvarez Figueroa
doceavo al graduarse de técnicos medios), o en las facultades obrero-campesinas
(en las que también alcanzan el nivel medio superior). Ambos títulos capacitan
para acceder a estudios superiores en las universidades, contándose por
miles los que prosiguen dicho camino.
En 1993 la matrícula de este subsistema (algo más de 114.000 estudiantes)
era casi el doble de la registrada en 1960 y cualitativamente diferente. Es
muy significativo que la proporción de mujeres se eleva al 57%.
La educación especial, por su parte, garantiza a los niños y jóvenes con deficiencias
físicas, mentales y con trastornos de conducta una adecuada incorporación
a la vida laboral como trabajadores.
En la educación especial se aplican planes de estudio, programas y libros
de texto elaborados especialmente para cada uno de los diferentes tipos de deficiencias,
tomando en cuenta las características propias de cada alumno. Este
subsistema, casi inexistente hasta 1962, cuenta con 420 centros y 57.000 alumnos.
Los centros de diagnóstico y orientación, establecidos en todas las provincias
del país, son los encargados de realizar el estudio previo de los niños y
jóvenes que necesitan ingresar en escuelas especiales y brindan orientación y
tratamiento a los que presentan dificultades en el aprendizaje. A los niños con
severos impedimentos motores, se les garantiza sus estudios de nivel primario
y medio con maestros ambulantes que asisten a sus hogares.
Además de los elementos cualitativos que aportan los servicios educacionales
antes mencionados, hay un indicador que no puede obviarse al analizar
el sector educacional. Se trata del nivel medio de escolaridad. Los datos que
se presentan en la tabla 3 son elocuentes.
Presupuesto educacional: Los gastos para sostener y desarrollar el sistema
educacional en Cuba, en su totalidad, se sufragan a cargo del presupuesto
estatal. Éstos han crecido sistemáticamente a partir del triunfo de la Revolución,
pasando de 11 a 170 pesos per cápita entre 1958 y 19924. El gasto
público en educación superaba los 1,7 miles de millones de pesos en 1990
y representaba el 12,8% del total de egresos del presupuesto. En la figura 2
se muestra la distribución del presupuesto educativo entre los diferentes subsistemas.
La magnitud de las cifras antes expuestas se comprende mejor si las referimos
al Producto Nacional Bruto y las comparamos con la evolución que esos
indicadores han tenido en otros países (tabla 4).
No obstante la aguda crisis por la que ha atravesado Cuba en los últimos
años, se han mantenido funcionando todas las escuelas, no se han afectado los
índices promedio de promoción y no se ha quedado un solo maestro o profesor
sin trabajo. Por supuesto, el proceso inversionista dedicado al sector se ha
disminuido al mínimo indispensable y los gastos corrientes han sufrido reducciones.
4. Pesos comparables por su poder adquisitivo.
El sistema educativo cubano en los noventa Papers 52 1997 125
Primaria, 19
Preprimaria, 8
Alfabetización, 2
Otros tipos, 15
Especial, 4 Superior, 15
Secundaria, 37
Tabla 3. Promedio de años de escolaridad (25 años o más de edad). Datos del año
1992.

Selección de países Total Mujeres Hombres
España 6,9 6,6 7,1
Uruguay 8,1 8,6 7,7
Argentina 9,2 9,5 9,0
Cuba 8,0 8,1 7,9
América Latina y Caribe 5,4 5,2 5,5
Países en desarrollo de
«alto desarrollo humano» (*) 7,0 6,5 7,4
Países en desarrollo de
«medio desarrollo humano» (**) 4,8 3,8 5,9
Países industrializados 10,0 – –
Países en desarrollo 3,9 – –
Total mundial 5,2 – –
Fuente: PNUD.
Índice sobre Desarrollo Humano, 1994. Fondo de Cultura Económica, 1994. (***)
Notas: (*) Promedio de 17 países incluidos en esa clasificación por el PNUD en 1992.
(**) Promedio de 55 países incluidos en esa clasificacion por el PNUD en 1992.
(***) Índice de Desarrollo Humano (IDH). Medición mediante indicadores representativos
de tres dimensiones igualmente ponderadas del desarrollo humano:
la longevidad (esperanza de vida al nacer), los conocimientos (logro educacional)
y el ingreso per cápita.
Figura 2. Presupuesto educativo (distribución porcentual).
126 Papers 52, 1997 Oneida Álvarez Figueroa
Resulta difícil obviar que la calidad de la educación se ha afectado menos
que proporcional a la contracción de recursos disponibles, debido a la creatividad
y esfuerzo del personal docente, de las familias cubanas y a un fuerte
movimiento de solidaridad internacional, que ha suplido la ausencia de financiamiento
externo con donaciones de textos, materiales docentes, equipos y
con asistencia técnica gratuita.
Afortunadamente, la metodología desarrollada por Naciones Unidas en su
estudio sobre «Desarrollo Humano» nos permite evaluar comparativamente,
con un solo indicador sintético, los resultados de los esfuerzos educacionales.
En 1992 el índice calculado para Cuba en el indicador Logro educacional fue de
2,42. Éste toma en consideración los niveles alcanzados en alfabetización de
adultos y el promedio de años de escolaridad. Curiosamente este valor es idéntico
al de España, que ocupa el lugar 23 (entre 173 países) por el índice de
desarrollo humano. Las únicas naciones de América Latina que superan esa
magnitud son Uruguay (2,47) y Argentina (2,53), aunque es destacable que
se trata de países de mayor nivel económico, con Productos Interiores Brutos
per cápita de 6.700 y 5.100 dólares, respectivamente (aproximadamente 5
veces el nivel de Cuba).
Enseñanza básica
Incluiremos aquí un breve análisis sobre el desarrollo del nivel preescolar, la
enseñanza primaria (de primero a sexto grado) y la secundaria básica (de séptimo
a noveno grado).
El subsistema preescolar representa el primer eslabón educacional, en el cual
se sientan las bases para el desarrollo de la personalidad del niño, y se le prepara,
paulatinamente, para su ingreso a la escuela.
Para llevar a cabo esta tarea se crearon los círculos infantiles en 1961, que
son los centros de educación en los que se matriculan los niños de madres trabajadoras,
desde 6 meses hasta 5 años de edad. Hay dos tipos de círculos infantiles:
los del plan regular y los del plan de educación especial para niños
hipoacúsicos, con deficiencias en el desarrollo neuropsíquico e intelectual, etc.
En el país existen unos 900 círculos infantiles con una matrícula aproximada
de 132.000 niños, atendidos por unas 8.000 educadoras (en su totali-
Tabla 4. Gasto público en educación (% del PNB).
1960 1990
Países en desarrollo de
«alto desarrollo humano» 2,2 3,7
Países en desarrollo de
«medio desarrollo humano» 2,2 4,1
Cuba 5 6,6
Fuentes: PNUD. Informe sobre Desarrollo Humano, 1994. Fondo de Cultura Económica, 1994,
p. 174.
El sistema educativo cubano en los noventa Papers 52 1997 127
dad mujeres). Estas se forman en los institutos superiores pedagógicos, en la
carrera de Educación Preescolar.
El grado preescolar constituye un ciclo preparatorio de un año de duración
para el comienzo de la educación primaria. Éste puede cursarse en los
propios círculos infantiles o en las escuelas primarias, y tiene como objetivo
fundamental preparar psicológicamente al menos para el aprendizaje escolar
y propiciar su desarrollo físico, intelectual, moral y estético. A este grado ingresan
los niños que han cumplido 5 años de edad. Casi 7.000 mujeres se desempeñan
como maestras de preescolar en las escuelas.
Sin embargo, existe aún un alto porcentaje de niños, sobre todo en zonas
rurales, a los que por la dispersión de sus viviendas no se les garantiza la posibilidad
de recibir esta educación. Ello ha sugerido la realización de un plan
remedial, gradualmente aplicado en las zonas rurales, con la colaboración de
maestros y padres. Así se logra que todos los niños al iniciar el primer grado
hayan recibido un mínimo de actividades preparatorias que faciliten su posterior
aprovechamiento escolar. En la actualidad la situación económica del
país ha limitado significativamente un amplio plan de desarrollo de nuevos
Círculos Infantiles, por lo que la experiencia apuntada se ha comenzado a aplicar
también en zonas urbanas. (Por vías no formales se preparan unos 200.000
niños menores de 4 años.)
En 1993 eran atendidos en las diversas modalidades de educación preescolar
el 46% de niños menores de 5 años. Además de educadoras y maestras se
suman a esta actividad las auxiliares pedagógicas (más de 15.000), promotores
y personal de apoyo, hasta un total de 32,8 miles de ocupados, el 100% del
sexo femenino.
Constituye una aspiración del sistema educativo cubano elevar las proporciones
de niños menores de 4 años vinculados a la enseñanza preescolar,
mediante su incorporación a instituciones o por vías no formales (hasta atender
el 50% en 1996 y el 80% en el año 2000), con especial énfasis en los que
no reciben estos beneficios en las zonas rurales.
La matrícula de la enseñanza primaria ascendió en 1993 a 983,5 miles de
alumnos, representativos del 99% de la población entre 6 y 12 años de edad.
La asistencia a clases de estos niños es muy regular. Este nivel cuenta con más
de 9.400 escuelas, y abarca de primero a sexto grado, divididos en dos ciclos.
De primero a cuarto grado el niño transita con el mismo maestro; el quinto
y sexto grado se dividen en dos áreas: ciencias y letras, impartidas por dos
maestros especializados.
La enseñanza primaria representa hoy el 41% de la matrícula total del sistema
educacional. Estas escuelas tienen diferentes tipos de régimen: externo, seminterno
e interno. Los externos pueden ser de una sola sesión o de doble sesión.
Los niños externos almuerzan en sus hogares; los seminternos, desde 1960
almorzaban gratuitamente, hasta el inicio del curso 1994-1995 en que se estableció
una tarifa de 7 pesos mensuales 5. El internado para la educación pri-
5. El nivel de salario medio es de 200 pesos, aproximadamente.
128 Papers 52, 1997 Oneida Álvarez Figueroa
maria no constituye una política del Estado, sólo existe para niños con problemas
sociales o como forma de reunir a los escolares de quinto y sexto grados
en las áreas rurales dispersas, lo que posibilita que éstos alcancen una
educación de mayor calidad. Los alumnos internos reciben alimentación, materiales
de estudio y aseo personal, corriendo todos los gastos a cargo del Estado.
La totalidad de los niños al terminar sus estudios de sexto grado tienen garantizado
su ingreso a la enseñanza secundaria.
La relación alumno-profesor ascendía a 13 en 1990, pero se ha analizado la
conveniencia de elevarla, dado que ello posibilitaría liberar una proporción mayor
de maestros cada año para destinarlos a superarse técnica y pedagógicamente.
La proporción de escolares por profesor en la enseñanza primaria en otros
países en 1990 se comportaba como sigue: Uruguay, 22%; Argentina, 19%;
países en desarrollo de «alto desarrollo humano», 28%; países en desarrollo de
«medio desarrollo humano», 24%.
El índice de repitencia en la enseñanza primaria es bajo, pues sólo equivale
al 3% de la matrícula, mientras ese indicador oscila alrededor del 8% entre
los países en desarrollo más avanzados. Otro índice para evaluar la eficiencia
de la primaria en Cuba es que el 96% de los alumnos terminan ese nivel. El
promedio de los países antes referidos es del 82%. En América Latina y el
Caribe, el índice de repitencia alcanza el 13% y sólo el 45% completa la enseñanza
primaria.
Un análisis breve de la información disponible sobre los docentes de la enseñanza
primaria permite la siguiente caracterización: de los 76,2 miles de maestros
(en 1993), el 78% eran mujeres; más del 50% se habían graduado de
licenciatura en Educación Primaria, y una alta proporción de los restantes cursaba
esos estudios. Se ha calculado que en el año 2000 la casi totalidad del
claustro poseerá ese título de nivel superior.
Los maestros primarios atienden un aula, con un promedio de carga docente
directa de 22 horas semanales y el resto del tiempo (hasta 190 horas mensuales)
lo ocupan en organización escolar, actividades extradocentes y superación
personal).
No obstante los grandes esfuerzos desarrollados por la superación de los
maestros primarios, su nivel cualitativo general es menos satisfactorio que los
avances cuantitativos, debido a la masividad que caracterizó esa enseñanza a
partir del triunfo de la Revolución, que obligó a la formación emergente de
muchos de ellos, inicialmente.
La compulsión social, más que la vocación, ha estado presente en el reclutamiento
de algunos. Actualmente los niveles salariales en otras actividades
económicas son más gratificantes, y la conjunción de esos dos factores ha favorecido
cierta movilidad de la fuerza de trabajo de este sector en los últimos
años, aún cuando a nivel nacional la relación alumno-maestro es tan baja que
cierta fluctuación no ocasiona alarmas, siempre que ésta sea escalonada.
El plan de estudio de la enseñanza primaria y de la secundaria básica (grados
séptimo, octavo y noveno) es único para todo el país, y todas las asignaturas
son obligatorias. Los programas, textos y orientaciones metodológicas son
El sistema educativo cubano en los noventa Papers 52 1997 129
elaborados por equipos de especialistas del Ministerio de Educación, con la
colaboración de los docentes más experimentados, y se analizan periódicamente
para introducir los cambios que garanticen su perfeccionamiento continuo.
En el primer ciclo (primero a cuarto grado) se incluyen juegos, la enseñanza
integrada de la lectura y el español (lengua materna) y se brinda especial
atención al desarrollo de habilidades de expresión oral, escrita y cálculos.
Asimismo, se les brinda a los niños nociones del medio natural y social que
los circunda.
En el segundo ciclo se priorizan las habilidades intelectuales generales. Se
incluyen ciencias naturales; historia y geografía de Cuba; estética (música, plástica)
y educación cívica.
En la secundaria básica se inicia el estudio sistámico de la biología, la física,
la química, la literatura y elementos de dibujo. Se complementa la formación
de los alumnos con la educación física, artística y laboral, prestando
especial atención al trabajo independiente y a las normas de conducta y convivencia
social.
Los maestros y profesores tienen libertad para utilizar los métodos de enseñanza
y educativos que consideren más convenientes de acuerdo a los objetivos
de los programas y las características de sus educandos. También pueden
adaptar las propuestas de dosificación y el orden de los contenidos incluidos en
los programas de estudio.
En la secundaria básica se ocupan casi 40.000 profesores, de los cuales el
87% son licenciados (graduados de nivel superior) y el resto se encuentra estudiando
para lograr su titulación universitaria. El 65% del claustro está integrado
por mujeres.
Los alumnos acceden a este nivel automáticamente, al concluir el sexto
grado, y pueden optar por un status externo (secundarias urbanas) o interno
(becas en el campo).
En 1993 la matrícula en secundaria básica ascendía a 350,8 miles de estudiantes
(50% del sexo femenino), en edades entre 12 y 15 años por lo general.
Al concluir este nivel, los egresados pueden seleccionar estudios en institutos
preuniversitarios o en centros politécnicos, mediante un proceso escalafonario
en base a las calificaciones obtenidas, los requerimientos territoriales y las
capacidades instaladas.
Los profesores de secundaria tienen una carga docente entre 12 y 20 horas
semanales directas y un máximo de 260 alumnos. Completan su horario laboral
de forma semejante a lo explicado para los maestros de primaria. El salario
puede variar en un determinado rango, en función de los resultados de la
evaluación anual de su trabajo, pero el nivel básico es similar al de los restantes
profesionales universitarios. Ellos, al igual que todos los trabajadores docentes,
reciben modestos incrementos salariales por concepto de antigüedad cada
5 años, hasta los 25 años de trabajo.
La base material de estudio en el subsistema general básico (textos y materiales
de enseñanza) se ofrece gratuitamente a los estudiantes, de acuerdo a las
disponibilidades existentes en cada curso.
130 Papers 52, 1997 Oneida Álvarez Figueroa
Enseñanza media
Antes del triunfo de la Revolución Cubana sólo 88.000 jóvenes asistían a centros
de nivel medio, y la matrícula de la enseñanza técnica y profesional no
sobrepasaba los 15.000 alumnos. Se han creado las condiciones necesarias y
se han ofrecido las oportunidades para asimilar en la actualidad cifras mucho
mayores, aún cuando la estructura etárea de la población no demanda ahora
esfuerzos en esos niveles tan intensos como en el segundo quinquenio de la
década pasada (ver tabla 5).
En el año 1993 la matrícula de nivel medio ascendió a 404.000 estudiantes,
de los cuales el 51% eran mujeres. La estructura de alumnos en ese nivel se
muestra en la tabla 6.
Puede inferirse de la información precedente que el mayor peso de la matrícula
en este nivel está en la enseñanza técnica y profesional. Esto responde a
la importancia que se viene concediendo desde hace algunos años a la formación
de técnicos medios, como complemento del alto número de profesionales
que ya posee el país.
Recientemente ha crecido el grupo de estudiantes que accede a esta enseñanza
con doceavo grado, lo que posibilita lograr un egresado con mayor preparación
y más elevado nivel cultural.
Las escuelas normales están en proceso de extinción, debido a que la formación
de educadoras y maestros primarios ha pasado a los institutos pedagógicos,
de nivel superior. La matrícula que se registra en el año 1993 se refiere
a 4 centros que desarrollan planes en liquidación y a los que preparan profesores
de educación física.
Tabla 5. Matrícula en la educación media de preuniversitario y enseñanza técnica
profesional.

Preuniversitario Enseñanza técnica y profesional
Años escolares Total (*) Femenina Total Femenina
1960-1961 18.697 9.722 27.410 12.335
1970-1971 15.461 8.040 27.566 12.405
1975-1976 37.672 19.221 114.653 51.594
1980-1981 159.671 85.023 228.487 104.450
1985-1986 171.661 101.595 307.129 138.602
1987-1988 204.490 124.959 334.788 153.032
1989-1990 236.113 144.511 311.964 145.284
1991-1992 195.163 124.468 293.408 140.916
1992-1993 148.731 97.887 284.832 134.487
1993-1994 108.386 72.687 259.355 120.521
Fuente: MINED y OEI para la Educación, la Ciencia y la Cultura: «Sistema Educativo Nacional
de Cuba», 1995. Cuadros 4, 5 y 7 del anexo estadístico.
Notas: (*) Incluye 15 escuelas de iniciación deportiva (EIDE) y 15 preuniversitarias vocacionales
de ciencias exactas.
El sistema educativo cubano en los noventa Papers 52 1997 131
Para atender la enseñanza media existían en Cuba, en el curso 1993-1994,
318 institutos preuniversitarios y 609 tecnológicos. Estas cifras contrastan con
los 21 y los 40 centros de esas características que había en 1959. Adicionalmente
hoy se dispone de 173 escuelas de oficio.
Los institutos preuniversarios pueden ser urbanos (para alumnos externos),
en el campo (para estudiantes internos), vocacionales de ciencias y vocacionales
militares. A éstos dos últimos acceden los estudiantes egresados de secundaria
básica mediante proceso de selección que toma en cuenta el promedio
alcanzado en ese nivel y los resultados de un examen de ingreso. En estos centros
se refuerzan los conocimientos de las ciencias básicas y la orientación profesional.
Los jóvenes que ingresan al preuniversitario oscilan entre 15 y 16 años por
lo general, y después de cursar los tres años de ese nivel, pueden continuar
estudios universitarios, o en centros politécnicos medios superiores, o incorporarse
a la vida social.
La educación técnica y profesional tiene la responsabilidad de formar la fuerza
de trabajo calificada, de nivel medio, que requiere el desarrollo económico
del país. Su estructura comprende dos niveles de formación: los obreros calificados
y los técnicos medios.
La formación de los obreros calificados y los técnicos medios garantiza
la adquisición de los conocimientos culturales y técnicos, así como los hábitos
y las habilidades que requiere cada especialidad.
El nivel de ingreso a estos dos tipos de formación es de noveno y doceavo
grado. La duración de los estudios varía entre 2,5 y 4 años, dependiendo de
la escolaridad inicial y la complejidad de la especialidad. Después de graduarse,
los técnicos pueden incorporarse a la producción o a los servicios y, desde
su puesto de trabajo, continuar estudios de más alta calificación.
Las principales especialidades de nivel medio superior (más de 70) están
vinculadas a las industrias azucarera, química, alimenticia, electrónica, construcción
de maquinarias, energética, producción agropecuaria, economía, geología,
minería, metalurgia, transporte, comunicaciones y construcciones.
Por su parte, las de nivel medio básico (unas 17) se asocian a las ramas
agropecuaria, construcción de maquinarias, construcción, transporte, energética,
geología, minería y metalurgia.
Tabla 6. Alumnos de la enseñanza media, en 1993.
Enseñanza Total Mujeres %
Preuniversitaria 108.400 72.700 27
Técnica y profesional 259.300 120.500 64
Escuela de oficios 29.000 8.400 7
Escuelas normales 7.300 5.900 2
Totales 404.000 207.500 100
Fuente: MINED y OEI para la Educación, la Ciencia y la Cultura: Sistema Educativo Nacional
de Cuba, 1995. Tabla 4.1 y cuadros 4, 5, 6 y 7 del anexo estadístico.
132 Papers 52, 1997 Oneida Álvarez Figueroa
Este subsistema atiende los cursos de las escuelas de oficios, que tienen el
objetivo de elevar la escolaridad de los jóvenes de 13 a 16 años, fundamentalmente
aquellos que presentan retraso escolar o que se encuentran desvinculados
del sistema nacional de educación. En estos centros se conjuga el estudio
con la práctica en talleres polivalentes y posibilitan la calificación para trabajos
con maderas, metales, electricidad, construcciones, costura, etc.
Corresponde también a este subsistema la atención metodológica a los cursos
de capacitación técnica que desarrollan los organismos de la administración
central del Estado. Esta educación cuenta con grandes talleres y laboratorios
para las prácticas docentes, afectadas seriamente desde 1990 por las carencias
derivadas de las limitaciones económicas que afronta el país.
Los elementos centrales que integran el plan de estudios de preuniversitario
son las asignaturas de ciencias naturales, ciencias sociales, matemáticas,
computación y español-literatura. Por su parte, los programas de los centros
tecnológicos parten del perfil ocupacional e incluyen los conocimientos, las
habilidades, las cualidades y las convicciones que debe dominar el egresado
para desempeñarse adecuadamente en su actividad laboral. Todos los programas
de la enseñanza media son elaborados nacionalmente, y los colectivos de
asignatura de cada centro sólo pueden modificar su dosificación, métodos o
medios impartidos y la concepción de las prácticas.
El claustro del subsistema de enseñanza media asciende a unos 50.000 profesores,
de los cuales el 39% son mujeres. La mayor parte de este personal
docente posee nivel superior, y una alta proporción de los no titulados se
encuentran estudiando en centros universitarios.
Para poder evaluar los resultados de la enseñanza media en Cuba hay que
tener en consideración que ese nivel concentra el 32% de la matrícula total
del sistema y el 36% de los profesores 6. La proporción de matriculados con
relación al total de población que pertenece al grupo de edades correspondiente
a dicho nivel asciende al 90%. Entre los países en desarrollo clasificados
de «alto desarrollo humano», solamente Bahamas lo supera (93%); Chipre
lo iguala (90%) y se acercan Barbados (89%), República de Corea (87%),
Trinidad-Tobago (84%) y Uruguay (81%).
El índice de repitencia en la enseñanza secundaria en Cuba es relativamente
satisfactorio (3%) si se compara con el de los países en desarrollo más avanzados
(5%).
Los principales retos de este subsistema de educación en Cuba están asociados
a elementos cualitativos. De una parte los preuniversitarios tienen que
elevar la preparación de los egresados para que éstos puedan satisfacer los requerimientos
del ingreso a la educación superior, que son cada vez más exigentes
como consecuencia del perfeccionamiento de los planes de estudio a ese nivel,
en correspondencia con el progreso científico técnico. Ello implica modificar
6. Se ha sumado a los datos de preuniversitario, tecnológico, escuelas normales y de oficio,
los correspondientes a la secundaria básica, a los efectos de facilitar la comparación con
otros países en desarrollo, que consideran el nivel secundario a partir del séptimo grado.
El sistema educativo cubano en los noventa Papers 52 1997 133
los métodos de enseñanza, avanzar en la actualización científica de los docentes
y ampliar la base bibliográfica disponible.
De otra parte, en la enseñanza técnica se ha ido produciendo una obsolescencia
física y moral en los talleres, equipos y herramientas requeridos por el proceso
docente, como consecuencia de las dificultades económicas por las que
atraviesa el país. Adicionalmente hay escasez de materiales, no sólo en los centros
docentes, sino también en las entidades laborales donde los alumnos podrían
realizar sus prácticas, y ello afecta al desarrollo de habilidades, tan
importante en este tipo de enseñanza.
A lo antes expuesto hay que sumar la incertidumbre para poder garantizar
ubicación laboral a los egresados del nivel medio, como consecuencia de la
contracción de las actividades en algunos sectores, factor que actúa negativamente
en la motivación de los jóvenes estudiantes.
La superación de estas dificultades no sólo demanda una esmerada atención
gubernamental y de los centros docentes, sino que depende en buena
medida del proceso de recuperación económica del país.
Será necesario crear una dinámica de aprovechamiento máximo de las instalaciones
y áreas de campo a disposición de la enseñanza media para que en el
período de aprendizaje práctico de los alumnos se aporten los máximos beneficios
posibles a la economía nacional en producciones agropecuarias, piezas
de respuestos, artículos de consumo doméstico artesanales, ensamblaje de equipos,
etc., y con la utilización de una parte de esos resultados se facilite el mejoramiento
material de este nivel de educación.
Enseñanza superior
Actualmente existen 57 centros de educación superior entre los 124 institutos
pedagógicos, 15 de ciencias médicas, 8 escuelas superiores militares y 15 centros
universitarios. En estas instituciones se cursan 14 carreras técnicas, 10 de Ciencias
Natuales y Matemáticas, 3 de Ciencias Médicas, 4 de Agropecuaria, 2 de Economía,
13 de Ciencias Sociales, 15 de Pegagogía, 6 de Arte y 1 de Cultura Física.
Esta forma de enseñanza ha sufrido importantes transformaciones durante
el período revolucionario. En la actualidad la matrícula es varias decenas de
veces superior a la de 1957, y ascendía en 1993 a 166.000 estudiantes de pregrado,
que representaban el 7% del total de alumnos del sistema educacional.
Inmediatamente resalta la desproporción que ya se está presentando entre losniveles
de egresados de la enseñanza media y las posibilidades de ingreso al
nivel superior.
Hay que tener en consideración que todos los estudiantes egresados de los
cursos diurnos (no trabajadores) tienen garantizada su ubicación en una plaza
laboral, en correspondencia con su perfil, por lo que los niveles de ingreso tienen
que adecuarse a las posibilidades de empleo, y éstas a su vez dependen de
las necesidades del país en cada esfera concreta.
El hecho de que en períodos anteriores a 1988 no se requiriera examen de
ingreso a la educación superior, y las limitaciones para el acceso a ese nivel fue-
134 Papers 52, 1997 Oneida Álvarez Figueroa
ran prácticamente inexistentes, determinó graduaciones masivas en casi todas
las especialidades, que contribuyó a una relativa saturación en muchas de ellas,
respecto a las posibilidades de plazas adicionamos la contracción de la economía
que se ha venido produciendo en la presente década, resulta fácil comprender
que no se pueda asegurar empleos ilimitados anualmente a graduados
universitarios.
La actual contradicción podría atenuarse si se flexibiliza el compromiso de
garantizar empleo a todos los graduados, ya que a pesar de las limitaciones
económicas del país, que no han dejado de repercutir considerablemente en
la educación superior, ésta tiene potencialidades para asimilar matrículas mayores.
Pero ése es un tema de política educacional, que compete decidir a los
niveles gubernamentales.
De cualquier forma, es difícil que no se presenten nuevamente niveles tan
elevados de matrícula como los alcanzados en la década de 1980, cuando se
llegó al orden de los 40.000 egresados anualmente, porque en ese período era
muy alta la proporción de estudiantes trabajadores, pero ya en el seno de éstos
la mayoría de los que aspiraban a profesionales se han graduado o han sobrepasado
la edad permisible para ingresar a las universidades, y sólo los jóvenes
que se van incorporando a la vida laboral procedentes de la enseñanza media
serian cantera de los cursos para trabajadores.
Ciertamente esta modalidad de enseñanza es una oportunidad más que se
ofrece a la población para cursar estudios superiores, y se complementa con la
enseñanza dirigida, a la cual se accede sin restricciones, pero que tiene un régimen
de estudios por cuenta del alumno, con idéntico plan y rigor que los cursos
regulares. Ya ascienden a varios cientos los graduados universitarios de esta
modalidad.
Acceso a la educación superior: El plan de ingreso para los cursos diurnos se
elabora anualmente, y se publica la cantidad de plazas disponibles para cada
especialidad (éstas se determinan en base a las necesidades del país de fuerza
de trabajo calificada de nivel superior). La asignación de plazas se realiza en
base a un escalafón confeccionado, en el que se considera el índice académico
del nivel precedente y la puntuación alcanzada en el examen de ingreso.
Para algunas carreras se establecen requisitos complementarios. Tienen derecho
a optar por este procedimiento todos los egresados de nivel medio superior,
con idénticas oportunidades individuales.
El sistema de admisión a los cursos para trabajadores se basa en un ordenamiento
escalafonario que toma en cuenta los resultados de un examen de
ingreso sobre matemática y español, además de los requisitos de edad (menores
de 35) y vínculo laboral activo.
Para acceder a la enseñanza dirigida (o libre) sólo se requiere tener el nivel
de enseñanza media superior, al igual que para presentarse a los exámenes de concurso
que anualmente se convocan para una cuota reducida de plazas en ciertas
especialidades, y que brinda una opción más a los que intentaron el ingreso
en oportunidades anteriores sin éxito.
Las medidas adoptadas para regular el ingreso a la educación superior han
El sistema educativo cubano en los noventa Papers 52 1997 135
tenido una significativa repercusión en la calidad y en la eficiencia del proceso
docente educativo. Los alumnos entran cada vez con mejor preparación y
motivación, aunque todavía con grandes limitaciones. En la estructura de la
matrícula se destaca que el 58% son mujeres, pero en los cursos diurnos hay
especialidades donde la proporción de éstas es muy elevada.
También es significativa la presencia femenina en el claustro universitario,
y asciende al 46% de los casi 25.000 docentes activos en 1993. La relación
alumno-profesor es baja si sólo se toman en consideración los estudiantes de pregrado
(7), pero en los últimos años ha ido ganando importancia paulatina la actividad
de postgrado en la educación superior debido a que el país cuenta con
más de medio millón de egresados universitarios que tienen que ser atendidos
para garantizar su recalificación y actualización continua, en diversas modalidades.
Las principales variantes que adopta el postgrado son cursos, entrenamientos,
estudios, diplomado, especialidad, maestría y doctorado. Este cuarto
nivel de enseñanza en algunos centros universitarios tiene una matrícula
4 o 5 veces mayor que la de pregrado.
Otro componente importante de la educación superior en Cuba es la actividad
científico-investigativa, que se vincula a los principales proyectos del
desarrollo económico y social del país en las diferentes ramas del saber. La contribución
que realizan los docentes universitarios a la investigación y la solución
de importantes problemas de corto o largo plazo es muy destacada y reconocida
en la actualidad. No obstante, el vínculo con la producción y los servicios
está aún por debajo de las potencialidades existentes, y ésta es una dirección
que demanda mayores avances para contribuir a la acelerada aplicación de los
resultados científicos y técnicos.
Lo antes expuesto se vincula con la necesidad de continuar reforzando la
integración docencia-investigación-actividad laboral en la formación de los
estudiantes y el desarrollo del trabajo transdisciplinario, que son dos premisas
para el perfeccionamiento de los planes de estudio que requiere el graduado
del próximo siglo.
Planes de estudio: La educación superior actualmente atiende 78 carreras
de perfil amplio, con planes de estudios entre 5.000 y 6.000 horas, y duración
de 5 años (excepto Medicina, que son 6), con un fuerte componente laboral.
Los planes son elaborados por comisiones nacionales de especialistas y constituyen
documentos rectores para todos los centros, pero cada vez más se introducen
elementos de flexibilidad en el manejo de los mismos, en función de la
especificidad territorial y las características de los alumnos. Los planes incluyen
los programas sintéticos de las asignaturas con sus contenidos esenciales,
pero cada colectivo de profesores elabora el programa analítico. Actualmente
se ha superado la etapa de rigidez y la uniformidad metodológica que caracterizó
el período de matrículas muy numerosas y claustros insuficientemente preparados.
Los elementos antes expuestos de mayor libertad individual en el ejercicio
de la docencia y una alta participación en actividades científicas, ha elevado
136 Papers 52, 1997 Oneida Álvarez Figueroa
el nivel de satisfacción del claustro universitario, independientemente de que
sus niveles de remuneración económica son inferiores a los de otros sectores
priorizados por el país o de trabajadores ocupados en actividades informales.
Debe resaltarse que, comparativamente con otros profesionales que se desempeñan
en el sector público, éste es el segmento de más altos salarios en Cuba.

ODOLFOnonal finales
La estrategia cubana de desarrollo ha concedido especial ODOLFO al sistema
educativo como uno de los ejes para lograr la modernización de la estructura
económica, sin grandes ODOLFOnona sociales. Los planes educacionales no
han estado exentos de errores e insuficiencias, pero han logrado resultados
objetivos que sitúan al país en una decorosa posición ODOLFO por sus índices
de alfabetización, maestros per OD, grado de escolarización y ODOLFOn
de ODOLFOnona y técnicos, entre otros.
El ODOLFO de algunos indicadores sociológicos carece de mucho sentido en
Cuba para evaluar el proceso de ODOLFOn, porque las ODOLFOnona para
acceder a la enseñanza están disponibles para la totalidad de los ciudadanos,
no formal, sino realmente. De ahí que en el ciclo básico (hasta noveno grado)
las ODOLFOnonals raciales, por sexo, edades o procedencia social responden ODOLFOnonals
a las características de la población en cada momento porque
la matrícula abarca al 99% de los posibles alumnos. Sólo en los niveles medio,
superior y universitario algunos matices podrían resultar de ODOLFO en estos
momentos, cuando el acceso universitario está sometido a un proceso escalafonario
basado en el promedio alcanzado en el nivel precedente y el resultado
del examen de ingreso. ODOLFOnonal no está registrada la ODOLFOno
estadística para realizar esas ODOLFOnon.
Aun cuando los ODOLFOno logros educacionales se han preservado en los
últimos años, la calidad del proceso docente educativo se ha visto afectada
debido a la ODOLFO ODOLFOn económica por la que atraviesa el país desde 1989,
especialmente por la ODOLFOno del proceso inversionista para el sector; el
insuficiente mantenimiento; la escasez de medios, materiales, reactivos y equipos
para la enseñanza; la obsolescencia de talleres y maquinarias para el subsistema
tecnológico; la no sistemática actualización de bibliografía e ODOLFOno
ODOLFOnona; las dificultades para completar los requerimientos de ODOLFOno;
las limitaciones para ODOLFOn y edición de literatura especializada, etc.
Es imprescindible mejorar la eficiencia económica de las ODOLFOno educacionales,
aprovechando al máximo los recursos disponibles, reduciendo los
costos unitarios, elevando los ingresos que puede generar el propio sector, incrementando
las ODOLFOno autofinanciadas, y por otras vías, que posibiliten adecuar
la ODOLFOn de gastos públicos del sector a las posibilidades de la economía
cubana y ajustar las expectativas educacionales al desarrollo objetivo alcanzable
por el país.
Dado que en lo esencial están ya resueltas las ODOLFOno ODOLFOnona e
insuficiencias heredadas por la Revolución de la república neocolonial en el
El sistema educativo cubano en los noventa Papers 52 1997 137
sector educacional, se debe poner el ODOLFO en el perfeccionamiento de los
aspectos cualitativos del sistema, a través de la modernización continua de los
planes y programas de estudios, en correspondencia con las ODOLFOno del
progreso científico-técnico; la superación sistemática del personal docente;
la ODOLFOnonal de los métodos de enseñanza para favorecer cada vez más la
polémica, el desarrollo de la ODOLFOno y de ODOLFOno prácticas, la independencia
de los estudiantes, etc.
Partiendo de los niveles ya logrados de calificación general de la población
cubana se debe analizar la conveniencia de destinar mayores esfuerzos en el
futuro hacia la recalificación y la actualización de la fuerza de trabajo en ODOLFOnonals
concretas para elevar la eficiencia laboral.
Las ODOLFOnona educacionales cubanas deben continuar mejorando su
trabajo de ODOLFOn cultural hacia la comunidad, vinculando más a sus docentes
y estudiantes al proceso de diagnóstico y búsqueda de soluciones de los
ODOLFOno problemas educacionales y generales del territorio o la nación. Con
métodos participativos se pueden lograr interesantes y útiles ODOLFO sobre
temas tan problemáticos como el ingreso a la ODOLFOn superior; la reducción
de matrículas en los preuniversitarios urbanos; el sistema de estímulos a maestros
y profesores; la dialéctica uniformidad-flexibilidad en el ejercicio de las
cátedras; la correspondencia entre recursos disponibles y calidad de la ODOLFOn,
y otros.
Resulta imprescindible el mejoramiento de los sistemas ODOLFOnonals
de los centros educativos, garantizando mayor autonomía a éstos y el reforzamiento
de la autoridad de los claustros a todos los niveles, con el objetivo de que
estas ODOLFOnona se conviertan en ejemplos de una cultura ODOLFOnonal
basada en los principios y en las normas de conducta que deben guiar la ODOLFOn
de los educandos.

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