MOCASE: LA DIGNIDAD CAMPESINA

Más de ocho mil familias conforman el Movimiento Campesino de Santiago del Estero. En una de las provincias más pobres y postergadas del país, los sin rostro, los sin voz, se hacen ver y se hacen escuchar. Podríamos considerar al Mo.Ca.S.E. como uno de los movimientos sociales que construye poder popular sin pedir permiso, confrontando con uno de los gobiernos provinciales más autoritarios. Porque los derechos no se mendigan, se toman.
Santiago del Estero se ubica al norte-centro de la República Argentina, al norte limita con Chaco y Salta y al sur con la provincia de Córdoba y Santa Fe. La mayoría de sus pobladores poseen raíces indígenas, que poco a poco fueron “perdiendo” gracias a las políticas de exterminio. Muchos de los pobladores fueron posteriormente arrieros, rastreadores y hacheros que trabajaban para las haciendas en forma casi esclava.
Corre el año 2002, y en Santiago del Estero ya no existe la esclavitud pero existe una sociedad casi feudal, la provincia está manejada al antojo del “señor” que pareciera no retirarse más de la política. En ese contexto, de exclusión, hambre, desocupación, marginalidad y persecución con todo aquel que no se doblegue al “señor”, nace el Movimiento Campesino de Santiago del Estero.

Identidad de la lucha campesina:

Para el Movimiento Campesino de Santiago del Estero es fundacional la lucha por la tierra. La identidad de los campesinos se constituye a partir de nuclearse para lograr su reivindicación fundamental, la tierra. A partir de esta lucha es que se reconstruye el tejido social, se retoma la memoria histórica de sus abuelos, de sus padres.
La lucha por la tierra cobra sentido porque implica la trascendencia del movimiento y de los integrantes de las generaciones venideras. En la tierra se desarrolla su vida cotidiana, sus mitos, costumbres, lengua aborigen, la tierra forma parte de sus raíces culturales. De esta manera es la piedra fundamental para la construcción del movimiento. No significa un predio en sí mismo, sino la defensa del territorio, todo lo relacionado con el desarrollo de la vida en él. Por ello es que sus valores están relacionados con el cuidado de la naturaleza y sus recursos, el tipo de producción que en ella desarrolla privilegiando los cultivos autóctonos (soberanía alimentaria).
La identidad campesina se va transmitiendo a niños y jóvenes, de manera que se van reconstruyendo las raíces escamoteadas en tantos siglos de opresión, algunas formas de llevarlo a cabo es a través de socializar la lengua, el rescatar los mitos y costumbres, sembrar sus propios cultivos. Respecto a la transmisión de valores, el rol de la familia es fundamental. Conformación del movimiento:
Más de quince mil familias campesinas, en la provincia de Santiago del Estero, subsisten de la pequeña producción agropecuaria.
A partir de los años ’80 se nuclearon en las diferentes zonas de la provincia. En 1989 realizan distintas convocatorias para que puedan conocerse todas las organizaciones campesinas, quedando constituido formalmente el Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mo.Ca.S.E.), el 4 de agosto de 1990.
Los pequeños campesinos vienen sufriendo el avasallamiento de sus derechos en forma cotidiana desde hace ya muchísimos años, es decir desde que sus antepasados comenzaron a poblar esas tierras. Cotidianamente se los intenta expulsar por medio de diversos métodos, ya sea con matones a sueldo, o prohibiéndoles la utilización de recursos fundamentales para la vida como el agua, o cercando las tierras para que no puedan alimentar a sus animales.
Pese a la existencia de la Ley veinte añal, de rango Constitucional, que establece como propietarios de las tierras a los pobladores que llevan más de veinte años en ellas, esta Ley no es reconocida por el poder provincial ni nacional, en tanto, la Ley veinte añal es letra muerta. Un claro ejemplo es la lucha desarrollada en la comunidad “La Simona”. “La Simona” constituye un hito histórico para todos los integrantes del Mo.Ca.S.E. El 12 de octubre de 1998, máquinas topadoras se introdujeron en el monte para desalojar a los pobladores, previamente comenzaron a destruir el monte y sus viviendas. Los campesinos autoorganizados y la solidaridad de integrantes del Mo.Ca.S.E. se enfrentaron con la jueza de turno y el personal policial logrando la primera victoria colectiva.
Los mecanismos llevados a cabo no se agotan en adentrarse en sus tierras para expulsarlos sino que se amedrenta a los pobladores, les roban animales, no les reciben las denuncias, además de dejarlos detenidos cuando van a efectuar las mismas. El caso más grave fue el llevado a cabo en el mes de diciembre del 2001 en la comunidad de “Pinto” al sur de Santiago del Estero, cuando dejaron detenidos e incomunicados a varios integrantes de la comunidad que se acercaron a realizar una denuncia, incluso a una mujer con su bebé.
A mediados de agosto de año 2001, otra organización campesina hermana del Mo.Ca.S.E. pero de la provincia de Córdoba (A.Pe.No.C.), sufrió similares ataques. Los mismos se desarrollaron en “El Duraznal”, comunidad ubicada al noroeste de la provincia de Córdoba. Las topadoras con su kit de siembra, casillas para operarios, varias camionetas, con la custodia de diez policías, un fiscal, un secretario, un agrimensor y un abogado, se encargaron de llevar adelante una denuncia penal contra los campesinos por perturbación de las tierras.
Este es el escenario cotidiano en diferentes zonas de la provincia de Santiago del Estero, así como de otras del país. Los desalojos compulsivos son parte de la política provincial represiva desarrollada desde 1949 por Juárez quien se mantuvo en la gobernación hasta noviembre de 2002. El ex gobernador, junto a sus funcionarios entregaron el bastón de mando de la gobernación de Santiago del Estero a Nina Aragonés de Juárez, su actual mujer, quien ya desarrollaba funcionares públicas en la provincia.
Antes de la conformación del Mo.Ca.S.E. los desalojos eran totalmente silenciados, los pobladores quedaban sometidos por temor a las represalias que pudiera aplicar el gobierno. Hoy los campesinos cuentan con su organización que va creciendo día a día, extendiéndose a otras distritos e incluso a otras provincias. Además cuentan con asesoramiento legal y defensa jurídica necesaria ante los nuevos actos de violencia que provengan del poder provincial. Los mecanismos de represión y expulsión de las tierras llevados a cabo contra los campesinos son sistemáticos.
Los campesinos resisten más allá de las denuncias en su contra, más allá de saber que pueden ir presos, todo eso no les resulta tan grave como ver caer los árboles, como ver sus montes destruidos junto a sus viviendas y ver como se les intenta arrebatar su elección de vivir con dignidad.
Forma de construcción:
Este movimiento nace como una organización de nuevo tipo frente a las que conocíamos en décadas anteriores. La forma de construcción que llevan a cabo parte de recrear la política, de apropiarse de la política como herramienta de transformación social, los campesinos debaten proyectos, planifican y evalúan su práctica, esencial para fortalecer la organización y poder crecer.
La orgánica del movimiento se desarrolla en asambleas generales y en asambleas por comisiones de base de cada comunidad. En cada una de estas reuniones todos los integrantes tienen voz y son aquellos con más trayectoria en la organización, los que incentivan la participación de cada uno de los miembros.
Sin embargo, su funcionamiento horizontal no es una traba a la hora de tomar decisiones, o cuando se asumen responsabilidades, ya que la horizontalidad no implica que todos hacen todo, sino que cada uno de los miembros es fundamental para la organización, cada uno de ellos es parte y toma responsabilidades para con el colectivo, respetando las decisiones colectivas y trabajando para el movimiento en un marco de compañerismo y respeto.
En una entrevista con Carlos, integrante del movimiento, nos decía: “Cada uno tiene su forma de pensar y de creer, pero la diferencia es que no se puede aplicar la política al plan que uno tiene. Sino que la tenés que tirar sobre la mesa y discutirla y armar otro paquete, otro plan, que puede salir más o menos parecido al que uno pensó en forma individual. Pero por ahí, hay cosas que se pueden hacer con el pensamiento personal que uno tiene, pero no de la forma que uno quiera; porque no se puede imponer una decisión. La diferencia es esa, ellos imponen una decisión, el pensamiento propio, personal, el resto obedece. Ésa es la diferencia que hay entre la política de la organización y la política de los partidos políticos”.
Podríamos considerar que este movimiento desarrolla una democracia popular o democracia real, que se aleja bastante a lo que conocemos en la Argentina como las democracias restringidas que vienen gobernando desde 1983 hasta la fecha, e incluso la que se desarrolla internamente un muchos sindicatos y partidos políticos.
Apuesta al futuro:
El movimiento comenzó a plantearse de un tiempo a esta parte el trabajo con la juventud, ya que habían detectado problemáticas relacionadas con las perspectivas a futuro que los jóvenes veían frustradas.
Así como en el resto de las provincias de la Argentina, Santiago del Estero no escapa a la migración interna hacia la “gran ciudad”, pensando que allí sus sueños podrían concretarse. En la actualidad, la gran capital no da otra perspectiva que la desocupación, el hambre y la marginalidad, no sólo para los argentinos que vienen de las provincias.
Esta problemática tan compleja fue abordada por el movimiento desde hace tres años. Los jóvenes asisten a las asambleas, participan como cualquier otro integrante, pero además cuentan con un ámbito propio de debate y formación.
En este sentido, Carlos integrante de una de las comunidades expresaba: “es una urgencia, siempre hay que darle participación a los jóvenes... si no le das una participación a los jóvenes y después los jóvenes se te desvían a otro lado... se van a otro lado... ¿Quién va a quedar...? todos los viejos que se vuelven autoritarios y la política de la Organización ¿adónde va ir a parar? Es una capacitación que se va haciendo a largo plazo, la venimos pensando de diferentes maneras, dándole participación a los jóvenes: el campamento, la asamblea, que se sumen a reuniones de la Organización y opinen y discutan, se van buscando alternativas”.
Por un lado, los jóvenes organizan campamentos nacionales y latinoamericanos en los que participan integrantes de otras organizaciones campesinas, sociales, juveniles, de desocupados y estudiantiles. Estos campamentos son integrados por 1500 jóvenes cada año. Los mismos tienen la función de formación, a partir del intercambio de experiencias, de la discusión de problemáticas comunes, y poco a poco se van desarrollando estrategias en común con las organizaciones más afines.
Por otro lado, el Mo.Ca.S.E. comenzó a formar a sus jóvenes en la Universidad Campesina. En ella los integrantes de diversas comunidades tienen lugar para convivir y tomar sus cursos. Hasta el momento se desarrollan en ella las áreas de Formación Agropecuaria, Energías Renovables, Recursos Naturales y Comunicación. Además la Universidad está equipada con una biblioteca para que todos los jóvenes puedan tener la oportunidad de consultar el material necesario.
Esto nos parece fundamental, ya que el sistema educativo en la Argentina no tiene por objetivo apuntar a una igualdad de oportunidades en este aspecto. En general los jóvenes que viven en zonas rurales no tienen acceso a la Universidad y muchas veces ni siquiera a la enseñanza media.
De esta forma los jóvenes pueden contar con un espacio de formación que es creado y recreado por el mismo movimiento, por los mismos jóvenes, es decir que se pauta según sus necesidades y a partir de la recuperación de su cultura y sus raíces.
El Movimiento Campesino de Santiago del Estero, lleva doce años de construcción, de crecimiento, de confrontación ante el poder local. Su forma de organización creemos es un ejemplo para muchas organizaciones populares de la Argentina, justamente porque viene a proponer una nueva política, una nueva economía, una relación humana y social que está muy lejos de lo que nos depara este sistema cada día, individualismo y exclusión.
Creemos que, a este tipo de organizaciones debemos prestar atención cuando pensamos en la transformación de la sociedad por medio de la política. Porque con un trabajo de hormiguita a largo plazo se construye poder popular, pero además se construye confrontando con el poder de turno, disputando a aquellos que nos quieren arrebatar hasta los sueños, y haciéndoles saber que “si el presente es de lucha, el futuro es nuestro”.

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